El Primer Hijo

Ya no tenemos nieve blanca en el televisor.
Ni teléfonos de baquelita, tampoco VHS.
Nos reímos de las cartas escritas,
de los sellos, los membretes.

De las costumbres de un tiempo extinto.

Pero como en la Antigua China
a nuestro primer hijo

le llamaremos
Pequeño Emperador.

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