Hay una refineria en la ventana
y un informe con grapas oxidadas.
Toneldas de formica
forrando cada resquicio,
o ese oficinista que me mira de reojo
desde el asiento de al lado
sospechando,
suspirando
sobre el teclado.
Pero no es grave.
Sólo un puñado
de obligaciones
que caen sobre mi
como una estaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar :)